Un alto en el camino, un «break» en nuestro correr diario, un momentito para respirar, mirarnos y reflexionar. Eso fue para nosotras el taller de Inteligencia Emocional organizado en Paddington.
De la mano de Francisco, descubrimos el poder de las emociones, cómo influyen en lo que somos y en lo que hacemos; jugamos a expresar «sin miedos»: nos reímos, nos escuchamos, nos enfadamos (unas con más éxito que otras) e incluso brotó más de una lagrimilla.
Aprendimos con una actividad al aire libre la importancia de la VOLUNTAD en todo lo que nos proponemos y, por supuesto, nos planteamos nuestro papel en el aula y la necesidad de educar a los niños en las emociones, cómo ayudarles y cómo aprender de su espontaneidad.
Su voz firme y serena así como sus anécdotas personales y sentido del humor, nos transmitió confianza y buen rollito desde el principio. Compartimos experiencias en un ambiente distendido y relajado. Se nos hizo corto. Nos encantó. Gracias Francisco